miércoles, 10 de diciembre de 2014

Oratoria, hablar en público de forma eficaz

¿Qué diferencia a un buen de un mal comunicador?, esta pregunta sobre oratoria lleva en la mente de muchos pensadores desde tiempos de Demóstenes y posteriormente de Cicerón hasta nuestros días.

¿Es posible extraer alguna conducta que haga de una persona un buen comunicador para establecer un patrón a imitar? ¿Hay reglas fijas que seguir para ser un buen orador? ¿Cómo puedo aprender a ganarme al público y alcanzar un gran impacto cuando me toca hablar en público? La respuesta es que no pero sí y sí pero no. Poco clara ¿verdad?

Aprendiendo oratoria, como hablar en público
Oratoria, hablar en público de forma eficaz en SDS training. Fotografía de +SDS training 
En los libros sobre cómo hablar en público hay normalmente una serie de consejos que, a nuestro juicio, si bien son ciertos, lo cierto es que no son del todo ciertos. Este trabalenguas nos sirve para argumentar que la vía para desarrollar la habilidad de la oratoria, la elocuencia, o el arte de hablar en público no es posible por medio únicamente de la lectura de manuales. Si bien, desde luego que aconsejamos la lectura de ese tipo de libros, para que de manera crítica, vayamos configurando nuestra propia forma de hablar en público. La vía para aprender a hacer presentaciones eficaces es la formación, a ser posible presencial y práctica, guiada por profesionales.

Consejos de oratoria, hablar en público de forma eficaz

Veamos algunos consejos de oratoria, a modo de pinceladas, sobre los que trabajamos en nuestras formaciones en hablar en público:

  1. Dominio de los nervios, autocontrol. Sin este dominio nos vemos obligados a actuar, a ser otra persona, a imitar… esto es más difícil de lo que parece, así que lo mejor es ser capaz, por uno mismo, de disfrutar del momento de hablar en público. A nadie le resulta difícil hacer algo en lo que disfruta, si logramos esto, tenemos casi todo el partido ganado.
  2. Manejo técnico. Nos referimos a que un buen orador debe ser capaz de mostrar muy diversos registros de tono, volumen, velocidad, musicalidad, articulación, pausas, miradas, movimientos, expresión corporal, expresión facial, etc. Todo ello adecuadamente combinado darán como resultado una amplia y adaptable (en función de la situación, el momento, el contexto, etc.) gama de posibilidades que harán que cualquier exposición (ya sea para convencer, informar, animar, formar, persuadir, vender, etc.) resulte apasionante para el público.
  3. Personalidad. Pensemos en grandes oradores de muy diversos ámbitos, como es lógico son personas diferentes, tienen características diferentes unas de otras, pero sí tienen en común algo: son y transmiten pasión, confían en sí mismos y lo hacen notar al público. Desarrollar tu personalidad hacia el impacto te ayudará mucho en el crecimiento profesional.
  4. Improvisación y sentido del humor, mezclado con la naturalidad. Un buen orador, debe ser capaz de llegar al público, de lograr esa complicidad necesaria entre él y el público, o mejor dicho entre el público y él. Eso solo se logra con naturalidad, en el siglo XXI no se valora tanto la erudición, como la sencillez y la cercanía.

Curiosamente en España, es bastante inhabitual trabajar esta habilidad hasta que en nuestro puesto de trabajo tenemos que hacer esa exposición a clientes, o dirigirnos a compañeros, o al consejo de administración, y entonces llegado el momento, nos tiemblan las piernas y apenas reconocemos lo que por nuestra boca sale…

¡Pero, si yo no quería decir eso…!

Es en ese momento cuando me planteo, bueno todo el mundo lo hace igual así que con tratar de evitar la situación valdrá, o bien, llegó el momento de mejorar y aprender a hacer presentaciones eficaces de forma que la próxima vez diga lo que había pensado decir, de la manera que había soñado, alcanzando el impacto que buscaba en el público. Ahí es donde me pregunto,

Hablar en público ¿por qué nos cuesta tanto?



Editado por +Fernando Camacho 

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